En esta situación se encuentra gran parte de la sociedad occidental. Se da la paradoja que a más civilización, más angustia sufre el individuo, quien ignora en realidad lo que le está sucediendo dentro de su tediosa y aburrida vida. Ahí en esos momentos en que es presa del desasosiego, es donde renuncia a otra existencia, precisamente porque no se cree capaz de obtenerla y, en lugar de luchar por ella, opta por desistir afirmando -que así se encuentra muy bien-. Sí, exactamente de la misma manera que Esopo nos explicaba en su fábula la Zorra y las Uvas. Y ahora…