Hasta no hace tantas décadas las relaciones con fines matrimoniales se iniciaban por medio de los intereses creados
Estos eran los requisitos que la sociedad de entonces exigía a la burguesía.
De contrariarlos, estas personas tenían muy difícil su aceptación dentro de aquella colectividad cerrada para la gente que no se encontraba dentro de esa supuesta clase superior, donde se les reconocía por aquellas llamadas buenas costumbres.
Antes de empezar una relación formal, el mozo, (que entonces se entendía como el caballero), debía iniciar todo un ceremonial que consistía en seguir unas normas preestablecidas.
Estas comenzaban por la intervención determinante de los padres de la joven (entonces dama).
Tradición que se evidenciaba con la ceremonia de Pedida de mano. El acto equivalía a que el aspirante a novio formal, tuviera que concertar una reunión con los padres de la novia y, allí pedía su mano.
¿Qué significado practico tenia?
Pues mucho y muy concluyente, ya que el joven era interrogado por el padre de la novia sobre sus haberes económicos, su futuro profesional y, cualquier otra cosa que se le pudiera ocurrir al prócer.
El joven si quería salir airoso del examen tenía que satisfacer totalmente al páter de la novia, a riesgo que este incluso pudiera prohibirle la relación.
O, como más de una vez se daba el caso aplazarla in memore tempo, que venía a querer decir por un tiempo indeterminado.
Sería igual que si se tratara de la adquisición de un electrodoméstico, pero esta vez con la particularidad que durante un determinado periodo, tenía vetado el permiso para relacionarse con su pretendida (novia, entre la pareja para que nos entendamos).
En el caso que fuera aprobada la relación
Podían comenzar a festejar (del diccionario celebrar). De esta manera les era posible presentarse en sociedad como una pareja formal.
Situación que podía durar varios años…
La razón de su enlace no estaba basada precisamente en el amor
Sino más bien en las conveniencias de formar una familia si lo que se pretendían es que se fueran aceptados en la sociedad. Para él representaba que había sentado la cabeza y, podía dedicarse a su profesión con total credibilidad. Para ella dejaba de ser una señorita para transformarse en una dama.
En la actualidad las personas se relacionan básicamente por amor o, al menos es eso lo que parece
¿Qué porque lo digo?
Pues lo expreso, porque a la hora de la elección perviven ciertos miedos en el inconsciente de las parejas
Estas, en muchas ocasiones intentan acallar sus sentimientos
Ocurre cuando por cualquier motivo no ve conveniente la relación, sea por algún asunto no resuelto proveniente de la familia que ha quedado pendiente en su inconsciente o, alguna manifestación que ha repetido hasta la saciedad con los amigos y, como consecuencia de todo esto, lo que más le preocupa: es el que dirán.
Claro que para ello quien sufre esta situación se evidencia repetidamente
Mientras que a la vez niega reiteradamente que sienta algo por esa persona que en el fondo de su corazón desearía que fuera su pareja.
Para ello lo justifica ante los demás sin que nadie se lo pregunte, con cualquier cosa que pueda parecer que la menosprecia.
Pero…
Todo eso no es nada más que unas justificaciones, que aquel que estando enamorado aduce y, ya no es sólo que lo propaga a los demás, sino que se lo dice a él mismo.
El resultado final es que esta persona intenta no pensar en ese amor que intenta olvidar, pero por extrañas e inexplicables circunstancias continuamente está pensando en él.
Mientras que por otra parte busca cualquier subterfugio para comunicarse con él.
Su vida se vuelve un verdadero tormento, donde corazón y cerebro están en una continua hostilidad.
Te estarás preguntando: ¿qué es lo que está sucediendo?
Pues en realidad lo que está ocurriendo es la intervención de su modelo mental
Quien por medio del inconsciente es el que le hace actuar a su pesar de esta manera tan contraria a lo que desea
Todo esto puede llegar a la triste situación, que cuando él o, ella por hastió contraiga nupcias, jamás se podrá sacarse de la cabeza aquel amor, donde cuantos más años pasen, más idealizara.
Sí, son esas jugadas que crean las reminiscencias a modo de guion cinematográfico y, que el cerebro en la medida que pasa el tiempo va recreando a satisfacción de una destructiva situación que es la melancolía. Y desamor por la persona con la que contrajo matrimonio, la cual podrá permanecer ignorante de lo que ocurre.
Desconociendo porque su pareja se comporta en tantas ocasiones de ese modo tan extraño
Ahora como siempre te ruego querido lector que expongas tu opinión o, incluso si has conocido algún tipo de persona como la que describo. Todo ello reforzará las reflexiones de esta bitácora.
¡Hasta la próxima!
AB
¿Es que no «aparece»la intuición en este caso?
Pues esto no tiene que ver mucho con la intuición.
AB